Solis y mi amor...

Recuerdo que entré con un bolso y un novio, el bolso me separaba de la realidad, me dejaron en la puerta de mi casa, subí y no se muy bien lo que sentí en ese momento… no se si mi recuerdo esta borrado porque quise borrarlo o porque no sentí nada o no sabia que sentir.

Hoy por hoy recorro mis recuerdos, abro la puerta, la veo de gris y blanco, la veo de blanco y rojo, la veo con muebles negros, la siento con mis olores, y, aunque ella no haya sido mía, lo fue, solo que me costo muchísimo sentirla así, solo que me cuesta horrores no admitirlo ahora, aquello que viví fue infierno rodeado de música nocturna, rodeada de brazos que no sabían que hacer conmigo, pero que sin embargo estuvieron ahí acompañándome sin mucho que hacer y sin nada de que hablar.

Es tan injusto vivir vacío de momentos que otros ansiarían tener, es tan injusto acompañar en algo en lo que uno no quiere ser acompañado, es tan injusto tener, con el sacrificio que tener implica, y, sin embargo no poder disfrutar, hoy no me puedo entender en aquel entonces… a veces pienso que no era yo, a veces pienso que nunca fui mas yo que en ese momento, dejar salir todos los miedos afuera también es ser uno mismo al fin y al cabo.

Hoy por hoy creo que estoy terminando de perder aquello que empecé a perder en aquel entonces, alguien que no se merecía tanto vacío, tanto rechazo, tanto amor sin comprensión, sin contención, tanta sombra, tanta carga, tanta nada de mi parte, tantos abrazos que no disfrute y que ya no puedo dar, tantas lagrimas que derrame sin ningún motivo, tantas culpas que busque sin tener culpas de nada.

Dios, si pudiera volver el tiempo atrás con esa experiencia de vida ya hecha, creo que llegaría a otras conclusiones. Gracias Solís por ser mi hogar sin haberte disfrutado y gracias a la persona que fue mi apoyo por esos días, por haberme brindado tanto pero tanto amor. La vida no me va a alcanzar para agradecerte y créeme que me arrepiento de haberte dejado ir.