sábado, 14 de agosto de 2010

La niña y el cascarón.

Había una vez, una niña, sentada al lado de un teléfono
una niña que traía colgado de su espalda un cascaron
parecía que Dios la había puesto ahí con el único fin
de que ese cascaron le pese tanto, pero tanto,
que finalmente decida arrancarlo de la espalda
y quedarse al descubierto
herida por un tiempo, pero sabiendo que, al fin,
el cuerpo iba a sanar.

Y es entonces que Dios le dio gente
gente para relacionarse, toda gente distinta, toda gente loca
toda gente poco normal, toda gente de la cual
era impredecible saber su conducta...
y parece ser que la niña, fue prestando atención,
observando, hablando.

y Dios le mando un hombre malo
que le gritaba a través de una puerta... uno hombre al que nunca veía
y ella aguantaba, no entendía, pero aguantaba...
hasta que un día rompió a llorar y lo enfrento...

y un día Dios le dio un niño, un niño lindo y bueno,
un niño que la llenaba de felicidad
pero que hoy, se encuentra ausente,
y ella aguantaba y aguantaba y trataba de buscar
explicaciones a su ausencia...

.... y un día
se dio cuanta que la gente rara, no es rara, solo es gente
que la locura no es del todo mala
que el hombre malo es solo eso, un hombre
que en la vida de aquel niño hay altibajos así como también
en la vida de ella
y que finalmente, el cascaron le esta pesando tanto
que esta semana, esta ahí, sentada,
callada, al lado del teléfono
y parece que ella
se arranco el cascaron de la espalda, y se siente desnuda
en carne viva, herida, EXPUESTA...
parece que ella, finalmente va a decidir ser ELLA...
parece que ella se va dando cuenta
que todo lo puede en esto, que es solo, un montón de horas de vida...

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