miércoles, 26 de agosto de 2020

Las voz que callamos (o romper el molde)

A veces no nos damos cuenta en qué momento nuestra mente detona para no volver a ser, nunca más, la que era antes.  Esto principalmente tiene que ver con las personas, sin duda es por las personas, nos dejamos influenciar, escuchamos de más, hacemos lo que no queremos por pertenecer. Observando veo que casi siempre nos pasa a casi todos, los moldes nos obligan (sin obligarnos) a ser lo que no somos, a desviarnos de nuestro camino, allí, por no escucharnos a nosotros mismos es donde empiezan los problemas, somo nuestro conflicto real entre la voz que callamos y nuestro "deber ser".  Todo se traduce en cosas muy conocidas, ataques de pánico, bulimia, anorexia, soledad, depresión, agresión, obsesión,  el gran conflicto, el gran problema,  es que una vez que sentimos algo de todo eso no hay vuelta atrás, es un sentir que se puede mejorar pero que nos sumerge en otros moldes que nos obligan (sin hacerlo) a sentirlos siempre, a estar en alerta siempre, nos llevan a una posición de autoconocimiento permanente, de limitaciones difíciles de sobrepasar.
Romper moldes es una de las cosas más dolorosamente liberadoras de la vida, cambiar es aquello que nos mantiene vivos.  Todos tenemos un sentido para nuestra vida, puede que el sentido cambie con el tiempo y eso está bien, hay que aprender a permitírselo, a romper ese molde que dice que uno tiene, debe, ser siempre el mismo, no hay religión, terapia, tratamiento que pueda imponernos un sentido, el sentido está dentro nuestro, en la voz que callamos, es tan simple como serle fiel a esa voz.  Hay que re educar y re educarnos para no caer, para no dejar de ser en los otros.