Estas últimas dos semanas no he sido yo. En líneas generales, no me caracterizo por
ser una persona ansiosa, impulsiva, curiosa… ni siquiera tengo eso de hablar
mucho, pero estas dos semanas algo en mí se corrió y entonces comencé a
preguntarme por qué y creo que la
respuesta está en mis proyectos.
A veces, los proyectos llevan un tiempo en concretarse y todo
aquello que te conecta con ellos comienza a sufrir las consecuencias de la ansiedad, sobre todo con las personas que te conectan
directamente con querer alcanzar los objetivos. De golpe empecé a no ser yo, a preguntar
cosas sin sentido, a querer comunicarme por el hecho de comunicarme, empecé a
no llevar bien las distancias y los tiempos (y eso que tengo muchísima
experiencia en eso) empecé a ponerme ansiosa, y claro, como este es un
sentimiento que nunca había experimentado no lo supe manejar.
Entonces me senté frente a la computadora y como siempre
empecé a escribir sobre esto que sentía y de a poco me fui relajando. He llegado a las
mismas conclusiones que llego siempre, que por mas que uno quiera que las cosas
sucedan el día tiene 24hs y que dentro de esas horas hay acontecimientos
incontablemente bellos que sería una pena pasar por alto por estar todo el día
en el futuro, que el momento es aquí y ahora, que se debe mirar para adelante
siempre pero no por eso hay que vivir en ese adelante de suposiciones y
fantasías.
Estas últimas dos semanas no he sido yo y debería pedirles disculpas a todos
aquellos que han padecido mi ansiedad ya que esa es una Vanesa que no existe, yo no quiero ser
otra Vanesa más que la que soy ahora y que me ha constado tanto construir. Nunca he tenido un proyecto tan grande en mi cabeza,
en mis manos y en mi corazón y hoy, a las 12.33 de la noche me estoy dando cuenta que no quiero ni cambiar ni ser otra para alcanzarlo.
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