martes, 21 de septiembre de 2010

Terapia.

Sobre un edificio antiguo, descuidado pero hermoso,
lleno de pasillitos laberínticos en donde
hay que tener una memoria privilegiada
como para no perderse en la segunda cita
zigzagueo, desde la sala hasta mi silla
y en el trayecto me pregunto con que saldrá
mi mente hoy.
Esta esperándome ahí, sentada,
cuando llego me da ganas de preguntarle como estas
o de decirle, hoy tenés cara de cansada,
sin embargo, ella rápidamente sale del tema y me dice
decime como estas vos...

Yo me pregunto que pensará cada vez que me ve,
esos cinco segundos antes de que empiezo
a hablar de mi, todo el tiempo,
media hora hablando de mi y sólo de mi
a veces me resulta una tortura,
sobre todo porque creo que,
las cosas que tengo que resolver
al lado de otras resoluciones y decisiones
no tienen carácter de gravedad.
Igual se que esta es una manera de resolver,
me pregunto si ella pensará, mirá con que boludes viene esta mina...
hasta me provoca gracia y una leve sonrisa
que trato de no hacer notar.

Al final de cuentas y después de media hora
de bla bla bla bla
salgo conmocionada,
siempre salgo así
con fuertes movimientos internos
preguntándome sobre qué hago bien y qué hago mal para mi
si aprovecho esta vida que elijo cada mañana al levantarme
o si la estoy dejando pasar.
A veces salen balances positivos
a veces no tanto
pero en esa media hora
alguien me interpela sin consideración, (y encima le pago)
todos nos deberíamos interpelar a nosotros mismos
de la misma manera, pero mas seguido que
una vez por semana.

Al fin y al cabo, pienso
que esto que me pasa en este ratito
es como la vida..
la vida
es ese pasillo zigzagueante
esos cinco segundos de sonrisa semi oculta
esa media hora de hablar de un mismo
y de como se siente en distintas situaciones,
ese momento real de movilización
positivo o negativo,
ese momento de interpelación sincera.

2 comentarios:

  1. Después de cada sesión no te dan ganas de hacer como Forrest Gump y caminar y caminar sin rumbo alguno???? A mí me pasaba siempre que salía de mi terapia y era realmente positiva esa caminata, hasta que mi mente volvía y decidía volver a casa.

    ResponderEliminar
  2. siempre, siempre, vuelvo caminando a casa y si llueve, ni lo siento.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.