Y cuando el reloj toca las 12 hs
y entra Papá Noel por algún lado
en la casa del festejo,
las caras de mis sobrinos se paralizan
se acercan con cautela,
Papá Noel les toma la mano,
se las acaricia,
no les habla
y, sin embargo,
no existe amor mas grande
luz mas grande
alegría mas grande en mi corazón
que ese segundo de silencio sorpresivo.
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