Ausencias presentes.

No es tan fácil entenderme en este momento,
no es tan fácil para mi tampoco comprender que hay presencias que no están,
entender que todo el tiempo se vive con cosas ausentes, el pasado, el futuro...
cosas que pesan y, sin embargo, no están.

Me aferro a tu idea y no hago nada,
me aferro a tus palabras y en verdad no existen,
me aferro a un físico común y no, ni hablar, no esta.

La magia de lo cotidiano se desvanece en ciertas maneras de relacionase,
no hay manera de negarlo y no hay manera de aceptarlo tampoco,
digo que te conozco y no es verdad,
deduzco, pienso, creo,
vos no queres que nadie te conozca y yo,
yo ya he hecho todos los esfuerzos posibles,
suficientes,
no se si fueron con toda mi voluntad pero, fueron certeros.

Y sin embargo, no es justo sentirme tan cómoda en tu ausencia,
estar 30 segundos y sentir que puedo comprenderlo todo sin hablar.
No es justo, claro que no, pero es raro sentirse así,
es raro contar con alguien que de un millón de maneras posibles no esta
y sin embargo,
con una señal de vida mueve todo mi centro.

(no es amor,  aunque la situación me ha confundido muchas veces, siempre llego a esa misma conclusión, la dependencia nace por la ausencia, la imposibilidad de contar cotidienamente con alguien que imagino que teniéndolo mas cerca seria un gran compañero para mi, se que compañerismo y amor no hablan el mismo idioma.)

Sin embargo acá estoy, escribiendo una vez más, pensando si esto es posible,
si todo lo que sucedió este último tiempo es posible, si es verdad,
si contruir en ausencia es posible,
buscando la lógica de necesitar que estés acá,
y cuando estamos juntos, hay más silencios que palabras,
y sin embargo he sentido mucho estos días el no poder contar con vos,
con tu presencia cotidiana.

Supongo (y una vez más supongo) que del otro lado,
de tanto en tanto,
sucede lo mismo.
Lo se, se que es difícil comprenderme en estos momentos,
como alguien me va a entender,
si yo misma no me entiendo.