domingo, 27 de enero de 2013

Palabras sencillas (al respecto de mi viaje a Ushuaia)

 
Me desperté hoy en la gran ciudad, 
no pude ver el cielo inmediatamente, 
uff, eso me costo muchísimo, 
como alguien me dijo allá,
extraño el cielo,
mirar sencillamente para arriba y
mirar el cielo. 

Un suspiro al unisono me aclaro los pensamientos 
miré la pequeñez que somos 
ante tanta inmensidad
y así, como por arte de magia 
el murciélago, 
que no ve, 
me abrió los ojos. 

Volé, escalé, remé
en cada movimiento, en cada acción 
me di cuenta que solo me quejo de lo que me toca
me quejo implícita y explícitamente. 
Creo que a mis 33 años 
empiezo a buscar mi camino, 
mi mente comprende que no se puede estar en dos lugares al mismo tiempo 
entonces, mi sentir y mi espíritu empieza a comprender 
que hay que decidir donde estar. 

Ayer, cuando el avión descendía sobre Buenos Aires 
su inmensidad daba miedo, 
en realidad me daba miedo 
no tomar las decisiones correctas 
pensando por mi misma. 


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