Andamos

Andamos de acá para allá,
suponiendo, imaginando,
hipotetizando con una vida extraña,
una vida fácil...
Convergemos en el pensamiento,
discutimos, nos reímos,
nos ponemos serios, nos retamos,
nos callamos, nos miramos,
escuchamos el silencio,
miramos el mar, el pasto,
las mujeres, los hombres,
los autos, los barcos,
lo que este delante.

Allá, acá, en este limbo
de mate y cerveza común
que de tanto en tanto
es realidad y
se transforma en uno.

Andamos de acá para allá,
siempre cómodos,
siempre contenidos,
siempre juntos.

De este lado

Llego a mi casa,
cierro con llave,
me aseguro que todo el resto del mundo quedo afuera,
suspiro, me apoyo en la puerta,
entro en la quietud de mi casa,
me voy sacando la ropa,
me busco un vaso de agua helada....
pienso en la vida, en el laburo, en que
al fin estoy en casa,
pienso en aquellos que nunca estan conformes con nada,
escucho el viendo a traves de mi techo,
me tiro en la cama, me levanto, me ducho,
me cocino,
no prendo la tele, no prendo la radio,
quiero hablar, pero...
me acuesto en la cama
con el ritual de los despertadores
me acuesto en la cama y pienso,
no quiero quedarme sola,
la cama es grande,
la noche larga,
la vida corta
y yo, no tengo con quien hablar
cuando cierro la puerta
y este lado del mundo
que me espera, esta vacio.

Las olas del mar

Las olas del mar,
a veces me acarician,
a veces me levantan,
a veces me golpean
a veces me arrastran
a veces me ponen contenta
a veces me dan miedo
a veces las miro sin poder correr la mirada
a veces están embravecidas
a veces no están
a veces me transmiten calma
a veces tardan en llegar
a veces son solo espuma
a veces solo me acompañan en su ruidoso silencio.

Las olas del mar son como las sensaciones
de estar y no querer estar
de querer acariciar y no querer acariciar
de querer dar un paso y no quererlo dar
porque no puedo, no quiero, o
simplemente, no me deja.